Sibo y alcohol: cómo afecta a tu digestión y qué puedes hacer

¿Qué es el SIBO y cómo afecta la salud digestiva?

El SIBO, o sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, como también se le conoce, es una condición médica que, según Mayo Clinic, se produce cuando hay un aumento anormal de las bacterias en el intestino delgado.

Este cambio o alteración en la población bacteriana se debe a la migración de las bacterias del intestino grueso hacia el intestino delgado, y puede causar problemas con la digestión y la absorción de nutrientes.

Sus síntomas son muy variados, pero los más comunes son gases, dolor abdominal, diarrea, desnutrición y pérdida de peso. En cuanto a las causas, los expertos señalan que se produce por complicaciones de una cirugía abdominal, problemas estructurales dentro y alrededor del intestino delgado, y algunas enfermedades como la enfermedad de Crohn, la esclerodermia, la enfermedad celíaca y la diabetes.

Por lo general el tratamiento del SIBO incluye el uso de antibióticos para reducir la sobrepoblación bacteriana en el intestino delgado, además de cambios en la dieta. En algunos casos también se recomienda el consumo de suplementos nutricionales para contrarrestar los problemas de absorción de nutrientes que causa esta condición.

La Cleveland Clinic resalta que después de algunas semanas de tratamiento se pueden empezar a ver cambios, aunque puede que se necesite de varios meses para controlarla y lograr que el SIBO desaparezca. 

Relación entre el SIBO y el consumo de alcohol

NewYork-Presbyterian habla sobre la relación entre el SIBO y el consumo de alcohol, y explica que las personas que consumen bebidas alcohólicas de manera excesiva tienen un mayor riesgo de desarrollar SIBO. Incluso cuando se trata de cantidades moderadas también puede haber problemas, porque esta sustancia afecta negativamente las bacterias saludables del intestino delgado y puede causar un desequilibrio bacteriano.

De hecho, parte de las recomendaciones para la prevención y el tratamiento del SIBO son limitar al máximo la cantidad de alcohol que se consume, y eliminarlo por completo si es posible.

El alcohol es una sustancia irritante, que puede causar complicaciones cuando el tracto digestivo está irritado e inflamado. Además, afecta la capacidad del cuerpo de producir ácido estomacal, deteriora la motilidad del tracto digestivo, e interfiere en la producción de enzimas necesarias para digerir los alimentos, lo que aumenta el riesgo de padecer SIBO.

Es importante tomar en cuenta que esto abarca a todas las bebidas alcohólicas, incluyendo el vino tinto. Los médicos resaltan que no hay una cantidad segura de alcohol para el cuerpo, y que incluso en pequeñas cantidades esta sustancia es un factor de riesgo para un gran número de enfermedades, incluyendo las enfermedades del hígado y el cáncer.

Nuestro artículo sobre alcohol y ansiedad te puede ayudar a entender mejor cuál es el impacto que tienen las bebidas alcohólicas sobre el organismo y sus efectos negativos en la salud mental. 

Efectos del alcohol en el intestino y la microbiota

Los efectos del alcohol son muy variados, pero en relación al SIBO, los más importantes tienen que ver con la forma en la que altera la microbiota intestinal.

MD Anderson Cancer Center explica que el microbioma intestinal, que incluye toda las bacterias que van desde el colon hasta el recto, es fundamental para la salud de las personas, ya que sirve de apoyo para el sistema inmunológico y el metabolismo, regula la inflamación y previene enfermedades e infecciones.

Cuando las personas beben alcohol, todo esto se ve afectado, ya que esta sustancia altera el equilibrio de bacterias de la microbiota intestinal. El artículo que recién citamos señala que con el consumo de alcohol se pasa de un estado de homeostasis (en el que la composición bacteriana del intestino es diversa y estable), a un estado de disbiosis (en el que cambia de manera drástica la cantidad y tipo de bacterias que hay en el intestino).

En términos más sencillos, podemos decir que se reduce el número de bacterias saludables, y aumenta el número de bacterias que son negativas y causan daños en el cuerpo.

Otro de los efectos negativos del alcohol en el intestino tiene que ver con su metabolización, ya que los metabolitos que se producen al descomponer las bebidas alcohólicas pueden ser tóxicos.

Todo esto hace que las capas protectoras del intestino sean más vulnerables, y puede llevar a las personas a tener problemas de intestino permeable.  

Para profundizar sobre los efectos que tiene el alcohol en el organismo, te recomendamos leer nuestro artículo sobre el síndrome de Korsakoff. 

Consecuencias del consumo de alcohol en personas con SIBO

Las personas con SIBO deben abstenerse de consumir bebidas alcohólicas, incluso si ya están en tratamiento. La recomendación es esperar al menos seis meses sin síntomas si se quiere volver a consumir alcohol.

¿Cuáles son las consecuencias si no se siguen estas recomendaciones? En general, el alcohol es perjudicial para la salud, y en las personas con SIBO puede causar complicaciones en la salud digestiva y retrasar el proceso de curación del intestino delgado.

De igual manera, hay que resaltar lo que ya mencionamos en apartados anteriores, y es que este síndrome causa problemas en la absorción de los nutrientes, inflamación crónica, daño intestinal a largo plazo, y alteraciones en la digestión que pueden llevar a las personas a padecer diferentes problemas de salud. Todo esto se ve potenciado por el consumo de alcohol, y puede complicar aún más el diagnóstico.

En el corto plazo las consecuencias son más evidentes, porque pueden empeorar los síntomas debido a la inflamación.

Hay que resaltar que el consumo de alcohol también causa síntomas desagradables por sí mismo, como dolor de cabeza, mareos y malestar estomacal. Para saber cómo lidiar con todos estos efectos negativos, te recomendamos leer uno de nuestros artículos, en el que explicamos cómo quitarse la resaca. 

Estrategias para minimizar el impacto del alcohol en el SIBO

Para minimizar el impacto del alcohol en el SIBO lo único que se puede hacer es dejar de consumir alcohol. En su lugar, se puede consumir cualquier otro tipo de bebidas, incluyendo, agua, tés y jugos, que no solo son más saludables, sino que en el largo plazo pueden representar un ahorro significativo.

Lo ideal es buscar una bebida que también se disfrute, pero que no tenga efectos negativos sobre el cuerpo. Para disfrutar y pasar buenos momentos en compañía de otras personas no es necesario consumir alcohol, hay que cambiar un poco la perspectiva respecto a esto y tratar de tener una vida más saludable.

Los beneficios de no beber alcohol son innumerables, tanto en la salud como en la relación que se tiene con los demás.

Antes de pasar al siguiente punto, te recomendamos leer nuestro artículo sobre los beneficios de la cerveza sin alcohol. 

Tratamiento y manejo del SIBO en personas que consumen alcohol

El tratamiento y el manejo del SIBO en las personas que consumen alcohol puede resultar complicado, sobre todo porque las bebidas alcohólicas afectan la microbiota intestinal, causan inflamación y retrasan el proceso de recuperación.

Por lo general, para evitar el crecimiento excesivo de bacterias y solucionar los problemas que causa esta condición en el intestino delgado se recomienda un ciclo de antibióticos, un tratamiento que pierde su efectividad si se consume alcohol.

Además, hay que tener presente que antibióticos y alcohol no son una buena mezcla, y que se podrían presentar efectos negativos si se consumen este tipo de bebidas mientras se está haciendo el tratamiento para el SIBO.

Uno de nuestros artículos, en el que explicamos cómo regenerar el hígado dañado por el alcohol, te puede servir de referencia para entender los cuidados que se deben tomar cuando se está bajo tratamiento médico. 
 

¿Cuándo consultar a un especialista en salud digestiva?

Es recomendable consultar a un especialista si se presentan signos o síntomas relacionados al SIBO. Un gastroenterólogo puede llevar a cabo diferentes pruebas para hacer un diagnóstico y determinar si es necesario hacer algún tipo de tratamiento.

Aunque no es una condición crónica, si no se trata puede provocar complicaciones a largo plazo. El artículo de Cleveland Clinic que citamos antes señala que los problemas de absorción de nutrientes pueden causar osteoporosis, cálculos renales y deficiencias que afectan el sistema nervioso.

Si consideras que tienes problemas con el consumo de alcohol y no sabes qué hacer para solucionarlo, nuestro artículo sobre los 12 pasos para dejar el alcohol te puede brindar una perspectiva más amplia.